Movilidad Carmen Fuentes
CARMEN FUENTES. EXPERIENCIA ERASMUS+ EN ESTAMBUL
Tener la oportunidad de poder realizar una estancia de observación en otro país es algo que siempre he querido hacer desde que empecé en el campo de la docencia, por lo que cuando nuestro coordinador Roberto nos propuso esta iniciativa me sentí instada a realizarlo sin pensarlo.
Por las experiencias de otros amigos y compañeros que habían pisado ya tierras turcas, llegué con la impresión de que me encontraría un lugar lleno de contrastes, una de las ciudades más antiguas del mundo con una riqueza cultural incomparable. Y así fue. Solo tras andar por algunas de sus calles durante mi primer día allí pude comprobarlo por mi misma.
Mi primer día en el instituto, Istanbul Atatürk Anadolu Lisesi, fue fantástico. Fui recibida por Sibel, mi profesora “de referencia” del centro con un café turco y muchas ganas de presentarme a sus compañeros o alumnos. En Turquía, la secundaria comienza en nuestro equivalente a 2º de la ESO, el año 9 para ellos, y finaliza con el año 12, en el que los alumnos deben prepararse para la selectividad. Debido a las fechas, no pude entrar a observar las clases de estos alumnos que ya andaban inmersos en el repaso previo a esta prueba, pero sí pude estar en el resto de clases.
Tanto Sibel como las otras dos profesoras de Inglés tenían un acercamiento a la enseñanza del inglés muy inmersivo lingüísticamente hablando. La clase en su totalidad se impartía en Inglés y los alumnos respondían siempre en la lengua objetivo. Esto se facilitaba por parte de las profesoras ya que continuamente escribían en la pizarra digital o la “whiteboard” las palabras que surgían para poder seguir el contenido, corregían la pronunciación en los momentos necesarios y adaptaban el ritmo de la lección según el grupo y su nivel.
En las clases y a lo largo de la semana, una de las cosas que más llamó mi atención, además de la cercanía y el cariño con el que se impartían las clases por parte de las profesoras, fue la forma de iniciar las mismas. Al comienzo siempre realizaban un “warm-up” muy activo, donde se instaba al alumnado incluso a levantarse de su sitio para participar en parejas o en grupo para moverse en el aula repasando nuevas palabras con juegos o alguna canción.
Tuve también la oportunidad de comprobar que el centro participaba en muchas actividades deportivas, como partidos de fútbol entre alumnos, o incluso en grupos de debate, donde el alumnado participante viajaba a otras zonas del país para competir contra otros centros. Era evidente que el hecho de que el alumnado estuviese involucrado en este tipo de actividades era beneficioso para su desempeño académico, al menos en lo que respecta al desarrollo lingüístico y su expresión oral.
El último día tuvimos un pequeño almuerzo con el resto de los profesores, donde pude intercambiar puntos de vista sobre su manera de enseñar y las inquietudes que existen en este otro país para con los alumnos. Definitivamente muy parecidas a las que podamos tener aquí.
Sin duda, ha sido una gran experiencia, y muy necesaria para tomar perspectiva y conciencia sobre la función docente que desempeñamos día a día.